¿El aprendizaje se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
El autor de “El aprendizaje y el desarrollo de las competencias”, Xavier Vargas propone cuestionar cada uno de los siguientes conceptos: competencia, aprendizaje, aprendizaje significativo y aprendizaje situado, en virtud de la nueva exigencia educativa de: “Desarrollar competencias y hacerlo a partir de aprendizajes significativos y situados en la realidad”.
Parte de la razón por la que en la actualidad la competencia se considera un asunto de tan inmensa importancia potencial quizá sea la suposición existente en gran parte de la literatura de que se está viviendo una época de grandes e intensos cambios tecnológicos que están reconfigurando radicalmente los mundos socioeconómicos en los que operan las competencias y que los ciudadanos del siglo XXI deben adaptarse a esta nueva realidad.
El interés de la sociedad se inclina hacia formas de conocimiento que tienen un valor de uso en el mercado del trabajo. Barnett identifica pues estas dos tendencias, la académica y la operacional, y afirma que ambas reflejan mundos e intereses limitados (el mundo académico y el mundo del trabajo).
Ser competente se refiere a unas capacidades articuladas sustantivamente con distintas formas del saber; ser competidor, se refiere a ganar-perder.
Existe el riesgo que puede conducir a las instituciones educativas a convertirse en simples reproductoras de las habilidades operativas que las empresas requieren para competir. De no acompañar el desarrollo de las competencias con reflexiones de fondo, las instituciones educativas podrían acabar impartiendo una formación automatizada y eficiente para ganar.
El aprendizaje significa que el estudiante incorpora a su acervo personal nuevos contenidos. Se deriva precisamente de esta transformación profunda de la persona que aprende la posibilidad de que el aprendizaje sea o no significativo. El ser humano aprende significativamente sólo aquello que percibe como necesario para la sobrevivencia o el desarrollo del sí mismo, pero hay otras corrientes teóricas propias del constructivismo que conciben el aprendizaje significativo más bien en los términos de un aprendizaje donde los contenidos nuevos pueden ser asimilados a los viejos.
Distintos autores, sitúan el aprendizaje dentro del interés del estudiante y de esta manera garantizan en alguna medida que tal aprendizaje sea significativo.
Parte de la razón por la que en la actualidad la competencia se considera un asunto de tan inmensa importancia potencial quizá sea la suposición existente en gran parte de la literatura de que se está viviendo una época de grandes e intensos cambios tecnológicos que están reconfigurando radicalmente los mundos socioeconómicos en los que operan las competencias y que los ciudadanos del siglo XXI deben adaptarse a esta nueva realidad.
El interés de la sociedad se inclina hacia formas de conocimiento que tienen un valor de uso en el mercado del trabajo. Barnett identifica pues estas dos tendencias, la académica y la operacional, y afirma que ambas reflejan mundos e intereses limitados (el mundo académico y el mundo del trabajo).
Ser competente se refiere a unas capacidades articuladas sustantivamente con distintas formas del saber; ser competidor, se refiere a ganar-perder.
Existe el riesgo que puede conducir a las instituciones educativas a convertirse en simples reproductoras de las habilidades operativas que las empresas requieren para competir. De no acompañar el desarrollo de las competencias con reflexiones de fondo, las instituciones educativas podrían acabar impartiendo una formación automatizada y eficiente para ganar.
El aprendizaje significa que el estudiante incorpora a su acervo personal nuevos contenidos. Se deriva precisamente de esta transformación profunda de la persona que aprende la posibilidad de que el aprendizaje sea o no significativo. El ser humano aprende significativamente sólo aquello que percibe como necesario para la sobrevivencia o el desarrollo del sí mismo, pero hay otras corrientes teóricas propias del constructivismo que conciben el aprendizaje significativo más bien en los términos de un aprendizaje donde los contenidos nuevos pueden ser asimilados a los viejos.
Distintos autores, sitúan el aprendizaje dentro del interés del estudiante y de esta manera garantizan en alguna medida que tal aprendizaje sea significativo.
En busca de una definición de competencia.-
Durante una sesión de trabajo colaborativo un grupo de maestros definió “Competencia” como la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos; que me parece muy acertada, pues está muy relacionada con la Riems.
Durante una sesión de trabajo colaborativo un grupo de maestros definió “Competencia” como la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos; que me parece muy acertada, pues está muy relacionada con la Riems.
La competencia es una capacidad.-
Pérrenoud afirma que la competencia es una capacidad y ya no deja lugar a dudas cuando reivindica la labor educativa del capacitador: “En un trabajo centrado en las competencias y postula, el problema es el que organiza los conocimientos y no el discurso”.
La competencia moviliza los saberes.-
"Una competencia se reconoce al relacionar de manera adecuada los conocimientos previos con un problema". El conocimiento y la comprensión –afirma Barnett- van de la mano con la competencia y se deben construir desde el comienzo, forman parte integral de la competencia, siendo constituyentes significativos de ella”.
Al respecto, Pérrenoud afirma que una competencia organiza un conjunto de esquemas.
El aprendizaje: construcción del sí mismo.
Las competencias se desarrollan gracias a la existencia de conocimientos previos, de una estructura cognitiva que los moviliza y una situación problemática que desencadena el proceso una vez que el sujeto ha elegido, resolver la situación a la que se enfrenta.
La estructura que moviliza los conocimientos, constituye lo que Piaget llama la organización de esquemas.
Cristina Cárdenas, enmarca en el constructivismo la noción de apropiación del conocimiento y afirma que el conocimiento está a la disposición de todos, pero cada cual se lo apropia de manera diferente y específica; en otras palabras, lo re-construye. Desde este punto de vista, todas las posturas pedagógicas que favorecen la apropiación activa del conocimiento son constructivistas.
Por otro lado, "El aprendizaje significativo es la piedra angular de la educación centrada en la persona. Este aprendizaje consiste en asimilar uno mismo lo aprendido.
El aprehendizaje, es más bien un proceso adaptativo mediante el cual, el sujeto se construye a sí mismo como ser humano y por ello es un aprendizaje significativo.
El aprendizaje significativo.-
El maestro no media conocimientos sino únicamente provee al estudiante de determinadas herramientas, entre el objeto de aprendizaje y la estructura cognitiva del estudiante.
Carl R. Rogers, fundador de la “Educación centrada en el estudiante”, afirma que “Una persona aprende significativamente sólo aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de la estructura del sí-mismo” y que “No podemos enseñarle a nadie directamente, sólo podemos facilitar su aprendizaje” y que entre más relacionado esté el aprendizaje con la sobrevivencia o el desarrollo del sí mismo, será más significativo.
En virtud de estas consideraciones pues, es que creemos que todo aprendizaje tiene siempre algún grado de significación para cada sujeto.
El maestro no media conocimientos sino únicamente provee al estudiante de determinadas herramientas, entre el objeto de aprendizaje y la estructura cognitiva del estudiante.
Carl R. Rogers, fundador de la “Educación centrada en el estudiante”, afirma que “Una persona aprende significativamente sólo aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de la estructura del sí-mismo” y que “No podemos enseñarle a nadie directamente, sólo podemos facilitar su aprendizaje” y que entre más relacionado esté el aprendizaje con la sobrevivencia o el desarrollo del sí mismo, será más significativo.
En virtud de estas consideraciones pues, es que creemos que todo aprendizaje tiene siempre algún grado de significación para cada sujeto.
Aprendizaje situado.-
Debemos considerar dos modos de situar el aprendizaje: 1) el interés del estudiante por aprender algo; y 2) las posibilidades reales que tal estudiante tiene para acometer con éxito la tarea de construir un determinado conocimiento.
Situar el aprendizaje, implica favorecer el descubrimiento, por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo.
En este sentido, es claro el mensaje de Delors: "La educación a lo largo de la vida –afirma él- se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser", por lo que debemos reconocer la importancia fundamental que tiene para la educación, ubicar el corazón del proceso de enseñanza-aprendizaje en la acción, debido a que es en la acción y no sólo en el pensamiento, que el estudiante opta por un modo de estar en el mundo al aprehenderlo con “h”, al apropiarse de él de un modo específico; y finalmente, porque es en la acción que el conocimiento toma un sentido singular y propio para cada estudiante.
Debemos considerar dos modos de situar el aprendizaje: 1) el interés del estudiante por aprender algo; y 2) las posibilidades reales que tal estudiante tiene para acometer con éxito la tarea de construir un determinado conocimiento.
Situar el aprendizaje, implica favorecer el descubrimiento, por parte del estudiante, de su verdadero interés por aprender algo.
En este sentido, es claro el mensaje de Delors: "La educación a lo largo de la vida –afirma él- se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser", por lo que debemos reconocer la importancia fundamental que tiene para la educación, ubicar el corazón del proceso de enseñanza-aprendizaje en la acción, debido a que es en la acción y no sólo en el pensamiento, que el estudiante opta por un modo de estar en el mundo al aprehenderlo con “h”, al apropiarse de él de un modo específico; y finalmente, porque es en la acción que el conocimiento toma un sentido singular y propio para cada estudiante.
Por otro lado, debemos asumir verdaderamente y hasta sus últimas consecuencias el principio constructivista de que los conocimientos no pre-existen como tales sino que son construidos en el momento de la acción misma.
El desarrollo de determinadas competencias, desprovistas de un sentido teórico-crítico y orientadas a resolver sólo unos problemas específicos, tenderá a hacer de cada profesión un simple oficio, por lo que los maestros universitarios, además de las competencias propias de sus profesiones, están llamados a desarrollar las competencias socio-educativas propias de su que hacer como maestros, y no creemos, que unas sean las competencias de los maestros universitarios del primer mundo y otras las del resto de los maestros ya que una postura así, abrigaría una falta de sentido común que nos conduciría, en el extremo, a un mundo muy parecido al mundo feliz de Huxley.
Respuesta:
Después de haber analizado las respuestas que da el autor, considero que el aprendizaje no es algo tan trivial que se pueda observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera, sino que las cuestiones deben estar bien estructuradas de acuerdo a la complejidad de los contenidos.
Pero desde mi personal punto de vista, podríamos implementar la autoevaluación con el alumno, para darnos cuenta qué sabe al comenzar el tema y cuál fue el resultado de aprendizaje al finalizar. De hecho esto lo llevamos a cabo en el examen de diagnóstico; además no debemos olvidar que al aprender el ser humano se transforma y esto es evidente.
Espero sus comentarios.
El desarrollo de determinadas competencias, desprovistas de un sentido teórico-crítico y orientadas a resolver sólo unos problemas específicos, tenderá a hacer de cada profesión un simple oficio, por lo que los maestros universitarios, además de las competencias propias de sus profesiones, están llamados a desarrollar las competencias socio-educativas propias de su que hacer como maestros, y no creemos, que unas sean las competencias de los maestros universitarios del primer mundo y otras las del resto de los maestros ya que una postura así, abrigaría una falta de sentido común que nos conduciría, en el extremo, a un mundo muy parecido al mundo feliz de Huxley.
Respuesta:
Después de haber analizado las respuestas que da el autor, considero que el aprendizaje no es algo tan trivial que se pueda observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera, sino que las cuestiones deben estar bien estructuradas de acuerdo a la complejidad de los contenidos.
Pero desde mi personal punto de vista, podríamos implementar la autoevaluación con el alumno, para darnos cuenta qué sabe al comenzar el tema y cuál fue el resultado de aprendizaje al finalizar. De hecho esto lo llevamos a cabo en el examen de diagnóstico; además no debemos olvidar que al aprender el ser humano se transforma y esto es evidente.
Espero sus comentarios.